LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Monday, May 30, 2011

RESPUESTA A ISAAC LEÓN Y RICARDO BEDOYA. POR SEBASTIÁN PIMENTEL.





Paso a responder, por única vez, a las seniles reprimendas que Ricardo Bedoya e Isaac León, fieles a su estilo patanesco y fantasioso, están difundiendo en contra de la revista Godard! y sus codirectores.

Para empezar, hablaré del triste papel que hace tiempo está jugando el señor Bedoya, quien, a su edad, al parecer se cree un gran teórico, y no es más que un aburrido escribano de diccionarios de cine peruano, un manual de colegio sobre apreciación de cine, una burocrática historia de cine nacional, y un único libro -este sí, escrito con algo de entusiasmo- sobre Francisco Lombardi. ¿Qué ensayo con algo de profundidad ha escrito este señor a lo largo de su vida? ¿Qué libro sobre algún cineasta que no sea Lombardi ha publicado? ¿Dónde están sus libros sobre teoría del cine, sobre Metz, sobre Bordwell, sobre Robin Wood, sobre Deleuze? Simplemente: no hay nada. Solo retórica barata, juegos de luces, recursos teatrales que Bedoya conoce al dedillo.

Pero no solo eso, el señor Bedoya se esfuerza por ser el gran histrión o diva, el gran figuretti de un grupo que lo sigue como si tuviera una obra o escribiera algo como para considerarse maestro. Y es cierto, he tenido la oportunidad de toparme con Bedoya en pocas oportunidades, pero que no solo son las tres que menciona.

En la primera oportunidad, me tocó hablar en un encuentro de cine en la Universidad de Lima, en su auditorio principal. A mi lado estaban León, que hacía de moderador (y que cumpliendo con su papel imparcial., solo atinó a proferir, alarmado: “ustedes lo ven ahora tranquilo a Pimentel, pero él no es así!!!”), René Weber, Joel Calero, y Ricardo Bedoya, quien con ánimo paternal aún me llamaba por mi nombre y trataba de convencerme de que el cine peruano no era tan malo, mientras trataba de fraguar una teoría freudiana -a falta de una sola idea- para decir que solo estábamos “buscando a un padre”.

La segunda vez, fue un gracioso encuentro con Bedoya en el Centro Cultural de la Universidad Católica. Como yo había escrito en la revista Somos que felizmente se había incorporado un jurado de la crítica extranjera en el Festival -ya que el premio a mejor película otorgado a “El bien esquivo” y “Bala perdida” había causado “suspicacias” (me refería a las sospechas de chauvinismo que son ineludibles en este tipo de premios y con un jurado exclusivamente nacional)-, Bedoya se me acercó a decirme, entre alterado y nervioso, que no iba a permitir que yo diga que él había recibido “sobornos bajo la mesa”, y luego: “…y ahí está Chobi (Enrique Silva) que ya me dijo que te quiere sacar la mierda”-. A lo que yo le dije que por qué no me “sacaba la mierda” él mismo. Y el señor Bedoya, bajando la mirada con nerviosismo y dando vueltas en círculo, solo atinó a decir: “..sí, sí, pero para qué…”. Finalmente, monsieur Bedoya, contrariado, se perdió entre la muchedumbre luego de no saber qué más decirme.

Y si cuento este episodio no es con el ánimo de contar anécdotas penosas de una persona mayor sin clase ni altura para nada que no sea su propio exhibicionismo de “prima donna”, sino para quitarle esa careta de intelectual valiente que, a fuerza de mentiras, más distorsiones de su esforzado inconsciente, y efectos retóricos, quiere construir para atacar a la única revista de cine que le quita el sueño.

Y este último encuentro citado viene a colación porque en el siguiente encuentro que tuvimos y él menciona, en la Universidad de San Marcos, Ricardo Bedoya cayó aún más bajo. Al citar yo, frente a los asistentes al evento, el ridículo incidente en el que me amenazaba con enviar a Enrique Silva (a quien, luego de preguntarle si era verdad que me quería “sacar la mierda”, me respondió que de ninguna manera y que nunca había dicho eso), el señor Bedoya se alarmó con una sonrisa quebrada y empezó a decir que lo que yo decía era falso, que él “antes era mi amigo” y solo quería “advertirme” de las intenciones de Silva. Sin comentarios. Y, francamente, comprendo las risas de las personas que estén leyendo, en este momento, esta necesaria respuesta a la cantinflesca arremetida bloggera de León y Bedoya.

Pero lo de San Marcos no quedó ahí. Luego, en el colmo de su exasperación, Bedoya empezó a esgrimir alusiones desdeñosas, impertinentes y totalmente gratuitas, acerca de mi padre Jorge Pimentel. Otra bajeza de este señor, siempre empeñado no en exponer sus grandes ideas sobre la teoría del cine, porque no tiene ninguna, sino en el acto histriónico efectista, en el golpe desesperado, en la amenaza de payaso malévolo. Lo de payaso malévolo no es un epíteto gratuito. Basta recordar que, finalizado abruptamente el evento en San Marcos, ya que los organizadores estaban consternados ante la burda actuación del crítico de “El placer de los ojos”, Bedoya, en medio de su salida de la mesa de conferencias, se despidió de nosotros volteándose y agachándose para enviarnos una literal sacada de lengua y una morisqueta con la intención de “sacarnos cachita”. ¿Ese es el gran intelectual del cine, el caballero pensador y teórico, el André Bazin o el Robin Wood del Perú, que no tiene nadie con quien discutir en este país donde ha llegado a parar? ¿Un sujeto que solo atina a sacar la lengua y mover los dedos en las orejas, después de aludir con desprecio y alevosía, con una bajeza que lo pinta de cuerpo entero, a los padres de uno de sus contrincantes intelectuales?

Por último, me referiré a los últimos encuentros en el CCPUCP y en el auditorio de Ventana Indiscreta de la Universidad de Lima. En el primero, nosotros fuimos convocados a hablar de las propuestas conceptuales de cada revista de cine. Pero, ¿qué fue lo que pasó? Nada de eso. Isaac León, que ahora nos ataca como un talibán, pidió perdón por lo que había dicho sobre nosotros, para luego tener una participación casi nula o irrelevante. Pero claro, Bedoya vio la oportunidad no de brillar por alguna idea, o de articular un discurso interesante sobre la crítica, sino de echar lodo a Godard! y, de nuevo, llenar de insolencias teatreras al auditorio, y responderle irrespetuosamente a los asistentes (más precisamente a los críticos y cineastas César Miranda y Mario Castro Cobos). ¿Ese es el crítico que alude a mi padre y que pone un tarro de mermelada en su blog para sugerir que Godard! ha sido comprada por las majors, ese que no tiene ningún libro de valor conceptual o exegético sobre el cine, sobre la crítica, o sobre la historia de la crítica o la filosofía del cine, ese es el que ahora dice que no puede debatir conmigo y con Claudio?

Por último, me referiré al encuentro en la Universidad de Lima, donde fui invitado por quien dice que soy un ignorante del que no se puede esperar nada: Isaac León. Resulta que luego de mi exposición, acerca del nivel expresivo del cine peruano, el señor Bedoya, extremando el tono en la defensa de su querido Francisco Lombardi, pidió, para variar, haciendo una pataleta, que yo repitiera una parte de mi discurso en el que me refería al último cine de este director. Cito el texto aludido: “Todas sus películas posteriores [de Francisco Lombardi] son olvidables (No se lo digas a nadie, Pantaleón y las visitadoras, Tinta Roja, Ojos que no ven, Mariposa negra, Un cuerpo desnudo) y mezclan sin fortuna ni vuelo cinematográfico algún discurso demasiado explícito sobre el país, el miserabilismo, el costumbrismo, la intriga policial, el drama sórdido, y el erotismo de explotación.”

Ahora le pregunto yo, señor Bedoya: ¿en qué parte digo que Lombardi hace “policiales”? No don Ricardo, no dice eso en ningún lado. Lea bien antes de escribir, escuche antes de hablar. El que parece un calichín de la de Lima es usted, que no sabe atender a un discurso que no sea el de sus propios prejuicios y sordinas, sus propios temores que lo hacen ver todo en blanco y negro. Yo he señalado que uno de los elementos que se pueden identificar en el cine de Lombardi es la intriga policial (en otras oportunidades he dicho, también, “intriga criminal”), no que Lombardi haga policiales. Pero parece que Bedoya eso no lo puede tolerar, y lo distorsiona todo como siempre, lo que le permite debatir no sobre la consideración que he citado sobre el cine de Lombardi, sino rechazarla de plano.

Por último, me referiré al papel del “moderador” Oscar Contreras. Pues resulta que Contreras no me dejaba hablar en el auditorio, solo atinaba a repetir que lea el texto referido por Bedoya, en una especie de defensoría desesperada de este señor. El espectáculo fue tan parcializado, daba tanta vergüenza ajena, y me resultó tan ridículo, que en un momento me reí y llamé, de forma irónica y como burla explícita frente a lo que estaba sucediendo, a “Chacho” -quien me había invitado y con quien entonces mantenía una relación cordial- para después tener que soportar, una y otra vez, los recortes de tiempo que me hacía el supuesto “moderador” a favor de Emilio Bustamante -otro crítico de las revistas de León y Bedoya-. La cereza de la torta: a la salida, Contreras se me acerca con actitud arrepentida a pedirme disculpas y a jurarme que no quiso favorecer a nadie.¡!

Finalmente, otra contradicción de León: si soy tan despreciable, tan tonto, si solo hablo del cine comercial de Hollywood porque soy un vendido, si soy un sujeto tan ruin como dice en sus melodramáticas cartas, ¿entonces por qué me invita a su universidad para hablar de cine peruano? ¿Por qué quiso debatir con nosotros en el Centro Cultural de la Católica? ¿Por qué sigue escribiendo de nosotros año tras año, en navidad y en las elecciones presidenciales???

Repito: si he tenido que extenderme en esta historia personal con estos personajes, se debe a que me he visto obligado ante su desfachatez y reiterados infundios. Pero no me voy a despedir sin antes aclarar algunas cosas que obsesionan a estos preocupados comisarios de la crítica:

1.- En primer lugar, León nos recrimina por no haber hecho cobertura de los procesos de distribución y exhibición en el país, por no haber cubierto exhaustiva y reiteradamente los estrenos en provincias y los realizadores de cine regional (premisa falsa, ya que en Godard! publicamos no una, sino dos coberturas escritas por Diego Cabrera, en los números 12 y 14, sobre el cine hecho en provincias). Y, lo más gracioso de todo, los conocidos defensores de Conacine León y Bedoya me reclaman, a mí, por haber participado en un video donde criticamos, con otros especialistas y cineastas de la Asociación de Cineastas Independientes y Regionales del Perú (ACRIP), la gestión de Conacine y Rosa María Oliart. Primero, quiero informarles a estos señores que nadie tiene la obligación de dedicar su revista a la cobertura de la exhibición, la distribución, o la realización del cine regional, y menos para participar en este gremio de cineastas. No hay cuota de páginas, señores, para ser miembro de la ACRIP. ¿Por qué suponen condiciones de pertenencia que no existen? Y, ¿por qué suponen ilegitimidades o incoherencias que solo existen en sus cabezas? ¿Por qué solo quienes simpatizan con ellos pueden pertenecer a cualquier gremio? ¿Por qué les causa resquemor que yo o Claudio seamos parte de una asociación de cineastas? Entiéndanlo bien señores: nadie está obligado a escribir sobre cine de provincias, nosotros lo hemos hecho (y yo me he explayado con gran entusiasmo sobre “Los actores” del trujillano Omar Forero, repetidamente, en mi revista y en la Universidad de Lima frente a los mismos León y Bedoya), pero ese no es requisito para ser miembro de la ACRIP. Pueden llamar a mi amiga, la cineasta y exhibidora cinematográfica Inés Agressot (fenacocusco@yahoo.es) para que les informe del tema y duerman tranquilos.

2.- Por lo que dicen en sus cartas, parece que León y Bedoya aún no soportan que hayamos reivindicado a Armando Robles, y también se esfuerzan porque tengamos una posición de rechazo a toda la obra de Lombardi. No señores, no lo van a conseguir. No vamos a defenestrar las primeras películas de Lombardi, aunque lo deseen con todas sus fuerzas. Tampoco las vamos a glorificar. Ya hemos reiterado, una y otra vez, que las que siempre nos parecieron “aberrantes” (y lo dijimos con esa palabra) fueron 'No se lo digas a nadie', 'Pantaleón y las visitadoras' y 'Tinta roja'. Claro que luego esta lista se quedó chica: hoy podemos sumarle 'Ojos que no ven', 'Mariposa negra', 'Un cuerpo desnudo' y 'Ella'. Y respecto a Robles Godoy, es risible el grado de cinismo cuando estos señores afirman que Robles es el director más celebrado del cine peruano, aludiendo a críticas de Alfonso Latorre y Geu Rivera.

Vale la pena detenerse en este punto. Cito a Isaac León en su prólogo ditirámbico al libro de su maestro Desiderio Blanco, clamando por la labor fundadora de la crítica, en el Perú, de su revista Hablemos de cine y de Desiderio Blanco (¿de quiénes son los autoelogios?):

"Sin embargo, más ruido que nueces. Sería incorrecto afirmar que en estos años [a comienzos de los sesenta, en el contexto de la aparición de Hablemos de cine en 1965] se constituye una crítica propiamente dicha, si exceptuamos los textos de Latorre en los que sí puede vislumbrarse la vertebración de un ejercicio analítico-interpretativo. Por lo demás, prima el comentario generalista que mezcla las referencias anecdóticas con las consideraciones sociológicas del tema y por ahí una alusión a la belleza fotográfica y a la calidad de las tomas, (...). (...) lo que prevaleció por mucho tiempo fue la elección del comentarista, entre quienes, dentro del personal del diario, tenían supuestamente mayor interés por el cine o disponían de tiempo para acometer una tarea que a menudo confundían con la crónica farandulera (...).” (Isaac León Frías, en prólogo al libro "Imagen por Imagen" de Desiderio blanco. (Lima, Universidad de Lima, 1987)

De la crítica cinematográfica seria, León solo rescata a Alfonso Latorre como auténtico “crítico de cine” y no “periodista cinematográfico”. Lo que siguió en la crítica, en el Perú -de acuerdo a León y citando sus propias palabras-, fueron los miembros de la revista Hablemos de cine y su padre espiritual Desiderio Blanco, quienes por supuesto no se dedicaron a otra cosa, durante toda su trayectoria, que a dedicarles críticas furiosas a todas las películas de Robles. Por otro lado, hay que mencionar que si nadie se acuerda de las críticas de Geu y Latorre se debe a que Bedoya, León y todos sus compañeros de 'Hablemos de cine' se encargaron de pontificar su muy particular historia del cine peruano. Y por supuesto que estaban en todo su derecho de preferir a Francisco Lombardi muy por encima de Armando Robles.

3.- Para terminar, me referiré a “la teoría”, esa pasión, tan querida por Bedoya y León, que nunca la ejercieron salvo en forma de manual o diccionario. Ahora se rasgan las vestiduras porque dicen que ¡Oh! ¡con qué derecho hablan de Metz, de la semiótica, de la teoría del cine! Pues con el mismo derecho con el que estos señores podrían hablar de Metz, sin necesidad de que tengamos que caerles encima y decir que son unos ignorantes. Lo primero que habría que decirles a León y Bedoya es que para hacer una revista de crítica de cine no hay que pedir una licencia ni a ellos ni a nadie, y que la práctica misma de la crítica implica ciertos presupuestos teóricos y metodológicos, aunque sea inconscientes. Lo que no significa que el crítico haga teoría, por supuesto. Y, por consiguiente, si es cierto que el único crítico voluntariamente estructuralista y metziano de “La gran ilusión” y “Hablemos de cine” fue Desiderio Blanco, es verdad también que Blanco es el padre intelectual de León, Bedoya, y la mayoría de críticos que luego de “Hablemos de cine” pasaron a “La gran ilusión” en la década de los noventa -como De Cárdenas- y luego a “Ventana indiscreta”. Para quien escribe, esa influencia de un modo de abordar la crítica, un tono acartonado y académico, obsesionado por el análisis de las formas, y la evaluación que se distancia de la subjetividad como herramienta de exégesis, es una herencia de la crítica practicada por Blanco, para bien o para mal.

Entonces, una aclaración para León. Le tendría que decir que el que se equivoca de nuevo es él. Yo sí he leído a Huayhuaca, que me parece el mejor ensayista y pensador de cine que tiene y ha tenido el Perú, de lejos. Estoy seguro que su libro “Una grieta a lo sublime: Viaje a Italia de Roberto Rossellini” es una obra maestra del ensayo -que León y Bedoya deberían de leer bien para tratar de no ser tan superficiales y flojos en sus escritos-. También he leído a Constantino Carvallo, con quien me unió siempre un mutuo respeto y admiración, tanto así que iba a ser el presentador principal de mi libro en el Festival de Cine de la PUCP en 2008, presentación a la que lamentablemente no pudo asistir por su estado de salud. Ese mismo año, José Carlos Huayhuaca presentó, conmigo, la publicación referida en la Feria del Libro de Lima. Entonces señores León y Bedoya, gracias por permitirme esta aclaración: cuando en Caretas me refiero a “la crítica de la vieja generación”, más que aludir a “Hablemos de cine”, me refiero al núcleo de críticos que pasó de “Hablemos” a “La gran ilusión”, liderado por Bedoya, León y De Cárdenas en toda la década del noventa. Es más, podría decir que me parece completamente lógico y natural que Huayhuaca y Carvallo hayan preferido un camino propio. Ese alejamiento de lo mejor de “Hablemos de cine” (junto con la trágica desaparición de Juan Bullita), y lo aburrida y conservadora que fue “La gran ilusión”, en parte nos decidió, a mí y a Claudio, a sacar nuestra revista. Definitivamente, y a la luz del tormento que significa Godard! para estos señorones, tomamos la decisión correcta.

Lima, 30 de mayo del 2011

51 Comments:

  • At 9:26 PM, Anonymous Anonymous said…

    Me pregunto, con el respeto debido, ya a cuántas personas les interesa el incansable conflicto entre Chacho, Bedoya, Cordero,Pimentel y allegados. Leer cada dos meses sus intercambios de "caricias" es como revivir las etapas pre electorales peruanas una y otra vez, hasta la náusea. Gracias a dios que no tenemos que votar por ninguno de ellos, porque francamente yo, si tuviera que escoger a alguno para representarnos, no elegiría a ninguno.

     
  • At 12:07 PM, Anonymous Anonymous said…

    Dejé este comentario en Páginas del diario de Satán, pero no lo han publicado:

    Solo una pregunta para Mirna: por qué Bedoya y León Frías tienen carta blanca para descalificar a otros? Lo han hecho, lamentable y sistemáticamente, con Pimentel y Cordero. Empezando, por supuesto, con el tarro de mermelada que les dedicaron en alusión directa a una marmaja que, supuestamente, recibían los Godard de las majors. Un exceso que, francamente, y por más disculpas que se pidan, es risible en un par de opinólogos que, sin haber hecho nada extraordinario a nivel de crítica de cine -digamos que esa escasez los iguala a los Godard-, reclaman de otros la profundidad que ni ellos mismos tienen. Saludos.

     
  • At 4:05 PM, Anonymous Manuel Siles said…

    Lo mas interesante de todo es que esto comenzo porque en un video, Sebastian y Mario se aunaban a las declaraciones de cineastas que decian con todas sus letras que la desaparicion del CONACINE no los afectaba en lo mas minimo, debido a que jamas habian recibido absolutamente nada del consejo y no iban ha recibir por la sencilla razon de que el consejo solo apoya un tipo de cine. Pero ahora nadie habla de esa demanda de los cineastas independientes. Asi que todo bien con respecto a las falencias del desaparecido CONACINE y al descuido del estado por la mayor (¿ y mejor?) parte del cine peruano. Resumiendo, con respecto a ese video se ha dicho lo siguiente:
    1.- ¿Por que les dan tribuna a estos?
    2.- Como yo no conosco a los que hablan alli, eso es prueba de que no son cineastas.
    3.- Los codirectores de Godard son de lo peor.

    Si, un gran debate que va al fondo de las cosas. Asi se maneja el cine en el Peru.

     
  • At 5:28 PM, Anonymous Ricardo Bedoya said…

    Envío este comentario sólo porque en él se menciona a Enrique Silva como uno de los jurados indignados por la insinuación torva y esquinada de Pimentel de haber sido coimeados para elegir a los premiados en el Festival de Lima. Silva es una persona pacífica, a la que no mencioné. Jamás ha intentado pegar a alguien, que yo sepa. Me referí a otro jurado, tan indignado como el resto, de espíritu vindicativo, cuyo nombre no revelo porque no tengo autorización para ello.

    Otra cosa: de lo que dije o no dije, de si saqué la lengua o no (ese el nivel del "debate" de dimes y diretes que se busca imponer aquí) en diferentes encuentros o mesas redondas, hay decenas de testigos que son los asistentes a esos eventos. Ellos pueden dar fe de lo que se dijo y ocurrió en San Marcos, la Católica y la Ventana indiscreta. Yo no lo voy a hacer.

    Pero también hay un testigo del reclamo personal que le hice a este señor cuando nos llamó coimeados a los jurados de aquel Festival: Es Gabriel Quispe, quien se acercó de modo casual y escuchó todo lo que dije esa vez. Lo dije, claro, con la mayor energía de la que soy capaz y desde la indignación ante alguien que tiraba la piedra y escondía la mano. Si Gabriel lo desea, puede dar su versión de lo que pasó.

    Y no digo más. No pienso volver a referirme a este señor porque creo que el comentarista de las 9.26 tiene toda la razón: ya aburre. Y no sólo eso, también desgasta, hace perder tiempo. Lo que piense de mí y de lo que he escrito alguien que califica “La ciudad y los perros” como película policial o habla de Robin Wood desde la perfecta ignorancia, como lo explico en el párrafo siguiente, me tiene sin cuidado. Sus descalificaciones hasta me dan algo de orgullo.

    Ahora bien, como no puedo reprimir una reacción ante lo que dice sobre Robin Wood en este mismo post, hago la siguiente anotación. En su diatriba, Pimentel dice, otra vez, una barbaridad: califica a Robin Wood como teórico del cine. Increíble. Si alguien defendió los fueros de la crítica y se enfrentó a la Gran Teoría durante los años setenta y ochenta, ese fue Wood, polemizando con los lacanianos, los semióticos, las feministas, desde su trinchera cercana al humanismo de F.R. Leavis, primero, y a la política de género después, en su defensa de autores clásicos y la relectura, desde las “responsabilidades de un crítico gay”, de las obras de Bergman, Hitchcock, Hawks, Mizoguchi, Ophuls. También de Godard , Haneke y Tasai Ming-Liang. O desde sus críticas hacia los filmes Cronenberg. Para muchos sería provechoso revisar la colección de la revista canadiense “Cineaction” –donde publicó la mayor parte de su obra final, o buscar las recopilaciones de sus textos, siempre luminosos. Pero sospecho que eso es mucho pedir.

    Ricardo Bedoya

     
  • At 7:04 PM, Anonymous Anonymous said…

    Sí Manuel, es lamentable. El tema de fondo era otro no? Proponer, en todo caso, una alternativa a la desaparición de Conacine. Pero el ego, el autoengaño, el abuso y el menosprecio son más fuertes. No se aplica el apasionamiento para escribir ensayos profundos sobre algo tan hermoso como el cine, no, claro que no, sino que se pierde sangre en la descalificación y en una postura infantil del tipo "yo soy mejor que tú". Me da pena encontrarme con gente -supuestamente más madura en edad- que se siente con pleno derecho a señalar quién y cómo debe trabajarse por el cine del país. Hasta esto lo han querido monopolizar y acaparar. En fin, vuelta de página y cada uno en lo suyo.

    Alonso Izaguirre

     
  • At 7:29 PM, Anonymous Anonymous said…

    http://www.youtube.com/watch?v=Zc17HxTL7-o&feature=related

    Minuto 2:44. "Muerte al amanecer es un policial porque su título alude a una idea policial".

    JAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!

    Y yo que me cagué de risa con "Muerte en un funeral"...

     
  • At 8:01 PM, Anonymous Anonymous said…

    De acuerdo con el anónimo de las 9:26. Es que Manuel Siles insinúa que habría un deseo de ocultamiento o desviación de la atención de los reclamos de los cineastas regionales?

     
  • At 8:58 PM, Anonymous Alvaro Campos said…

    Qué bien que alguien se haya atrevido, por fin, a decirle unas cuantas verdades a Bedoya y Cia. Ancianos que no tienen ni un solo libro rescatable. Mientras uno escribe solo datos, cual enciclopedia y completa sus críticas con referencias a viejas películas y actores del pasado para lucirse, el otro, más senil aún, te recuerda que la sangre es de color rojo. Ya pues!!!

    Nuestro querido Perú es experto en crear ídolos falsos, dizque intelectuales que no aportan nada, pero que pasan piola por tener amiguitos o ser disforzados.

     
  • At 9:28 AM, Anonymous Anonymous said…

    jajajjaa, claro, es tan un poco fuera de lugar lo de Muerte al amanecer como lo que Bedoya señaló de La boca del lobo: que se inspiraba en el western... "JAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!"

     
  • At 9:50 AM, Anonymous Anonymous said…

    Una consultita: en qué parte de ese texto Pimentel dice, señala y afirma que Robin Wood es teórico del cine?

    "¿Dónde están sus libros sobre teoría del cine, sobre Metz, sobre Bordwell, sobre Robin Wood, sobre Deleuze?"

    "¿Ese es el gran intelectual del cine, el caballero pensador y teórico, el André Bazin o el Robin Wood del Perú, que no tiene nadie con quien discutir en este país donde ha llegado a parar?"

    De estos dos fragmentos, se puede colegir así nomás que el señor Pimentel afirma y asegura que Wood es teórico?

     
  • At 1:43 PM, Anonymous Carlos Julca said…

    Si pues, es cierto. En ningún lado de la carta se afirma que Robin Wood es teórico. Parece que Bedoya no ha afinado su comprensión de lectura. Y así es catedrático? Pobres alumnos.

     
  • At 2:02 PM, Anonymous Anonymous said…

    Qué negra tendrá la conciencia Bedoya, que cuando se habló de suspicacias en el Festival de Lima, al toque lo asoció con coimas.

    Yo estuve en el debate del 2009, en el CCPUCP, y ahí otro crítico le reclamó a Pimentel por lo mismo y este lo aclaró al toque, sin tanto chongo, diciéndole que se refería a un posible chauvinismo. Ahí estaba Bedoya escuchando todo y así y todo sigue con la cantarrana de que le dijeron "coimeado". Alzheimer? Senilidad?

    Marcos Torres

     
  • At 2:07 PM, Anonymous Anonymous said…

    Bueno, pues, ya va siendo hora de que Cordero y Pimentel pongan más cuidado en lo que dicen y en lo que escriben y que no se quejen si es que se les hace notar las faltas.

     
  • At 2:53 PM, Anonymous Manuel Siles said…

    ¿Insinuo? Querido anonimo de las 8.01 yo digo explicitamente ( y lo he hecho muchas veces) que se les ignora y discrimina, no solo a los cineastas regionales sino tambien, y mucho mas, a los cineastas limeños en digital de bajo presupuesto con codigos ajenos a la narrativa convencional. No lo insinuo, lo sostengo. Y pongo como prueba que aunque los cineastas regionales tienen un concurso discriminatorio, por lo menos tienen un concurso. Por el contrario los cineastas limeños de bajo presupuesto no tenemos cabida en los premios que reparte conacine. Para acceder a ellos tendriamos que hacer un cine tipo Lombardi y a ese precio, y sencillamente no nos da la gana de hacer algo tan caro en lo economico y tan pobre en lo artistico. A lo que hay que añadir que si lo hicieramos tampoco se nos estaria atendiendo sino obligando a hacer algo que no somos en vez de incorporanos a los beneficios del Consejo que, se supone, son para todos los cineastas y no solo para promover un unico tipo de lenguaje cinematografico. Y con respecto al video en cuestion, constato que algunos prefieren referirse a lo que sea, menos a lo que reclaman esos cineastas a los que ni siquiera consideran cineastas. Abrazos y gracias por escribir.

     
  • At 3:03 PM, Anonymous Manuel Siles said…

    Estimado Ricardo, tienen razon quienes dicen que este "supuesto" debate entre ustedes ya aburre, pero coincidiras conmigo en que las referencias a Godard y sus codirectores comenzo en tu blog con una carta de chacho que, se supone, comentaba un video ¿Por un momento pensaron que los patas de Godard se iban a quedar callados? ¿Ahora que han contestado en el mismo tono con que los aludieron, resulta que ellos tienen la culpa de "debatir"? Yo creo que si comenzaron, pues, ni modo ¿no?, no se puede esperar que la otra parte no diga nada. Cuidate y un abrazo.

     
  • At 6:28 PM, Anonymous Gustavo Corno said…

    Si Bedoya tiene alzheimer, yo quiero me de a mi tambien. Lo escuche dictando hace poco unas charlas en el Museo de arte y sobre cine experiemental en Telefònica y fue brillante . Mas de tres horas cada semana y le hizo autopsia a las peliculas .analizo todo sin cansarse. la gente que estuvo salio contenta. Yo creo que alli esta el problema de el y el vuestro. Su presencia y su voz es demasiado fuerte y demasiado vigente y eso lo dicen tods los que van a escuchar sus charlas. Eso les jode a muchos y tal vez lo envidian porque puede hablar de muchos temas con mucho conocimiento y derrota a cualquiera en polemicas

    Si ven esto http://www.youtube.com/watch?v=Zc17HxTL7-o&feature=related

    se daran cuenta que Sebastian dice cosas erradas y luego no quiere reconocerlo y le cuesta decir que se equivoco.

    No dice solo que la ciudad y los perros es un poicial. Tambien que muerte al amanecer es policial cuando No es un policial. Yo como lector del blog le pido que me responda si ese no es un error de concepto, y que me diga tambien si porque el titulo habla de muerte eso lo convierte en policial.

     
  • At 7:27 PM, Anonymous Anonymous said…

    La boca del lobo tiene influencia del western ytambién tiene la influencia de las películas de comandos en la campaña del Pacífico como Objetivo Birmania, que tiene también encima el peso del western. Yo le escuché a cabada y a Pollarolo decir eso cuando les pregunté si estaban de acuerdo con lo que decìa Bedoya porque a mi me extrañó cuando leí lo que decía. Antonio Martinez dice lo mismo que bedoya en un libro chileno que tengo sobre las mejores peliculas de la historia y dice que el critico español Fernandez Santos que tiene un libro sobre el western pensaba lo mismo de La boca del lobo. Hice un trabajo en la UpC sobre ese tema.

     
  • At 1:39 AM, Anonymous Anonymous said…

    Gustavo Corno (o Forno?) está enamorado de Ricardo Bedoya, y a este templado de la presencia fanfarrónica de bedoya hay que decirle que lea bien el texto de pimentel donde NO dice que Lombardi hace policiales, sino que UN elemento -entre muchos otros- de sus películas es la intriga policial

    aprenda a leer y a escuchar y no venga a contarnos cuentos chinos señor fan enamorado de bedoya

     
  • At 6:32 AM, Anonymous Anonymous said…

    Chacho es el mal mayor!
    Voto por Pimentel, pero un voto vigilante.....

     
  • At 8:22 AM, Anonymous Anonymous said…

    "No dije lo que dije que dije". Pimentel debe reconocer sus errores y dejar de confundir. Dijo que Wood es teórico y ahora lo niega. Dijo que La ciudad y los perros es un policial y también lo niega. Ahora un video de Youtube lo desmiente y sigue negando. Pimentel dice que muerte al amanecer es un policial porque su titulo habla de muerte. Un disparate.

     
  • At 9:42 AM, Anonymous Anonymous said…

    "La boca del lobo tiene influencia del western ytambién tiene la influencia de las películas de comandos en la campaña del Pacífico como Objetivo Birmania", y por qué rediablos, me pregunto yo, Muerte al amanecer no podría tener influencia del policial. Si La boca del lobo, como dicen ustedes, tiene influencia del western... O sea, pq lo dice Bedoya? O sea que mañana Bedoya dice todos bájense los pantalones y todo el mundo de acuerdo?! Por favor, es una patinada monumental el señalar que La boca está influenciada por el western...

     
  • At 9:59 AM, Anonymous Anonymous said…

    Pimentel comete muchos errores, como Bedoya y León, pero es de pendencieros distorsionar y leer mal. En ningún momento él afirma que Wood es teórico.

     
  • At 10:34 AM, Anonymous Anonymous said…

    Sí, lo iguala con los teóricos, lo menciona al lado de Metz y de Deleuze, cuando Robin Wood siempre se diferenció de ellos. Simplemente no lo ha leído, tiene que reconocerlo.

     
  • At 11:00 AM, Anonymous Anonymous said…

    Películas que, bajo la teoría de Pimentel, serían policiales:

    -Muerte en Venecia (o sea, Dirk Bogarde no era gay, sino tombo)
    -La muerte le sienta bien
    -Muerte de un viajante
    -Los muertos
    -La muerte del señor Lazarescu
    -Muerte en el funeral

    Franco, Pimentel ha redescubierto a historia del cine. Ni Reynaldo Dos Santos!

     
  • At 11:54 AM, Anonymous Anonymous said…

    El que lo mencione al lado de teóricos no quiere decir que él sostenga y asegure que Wood es teórico. Usa comas allí. Francamente, no asegura en ningún lugar de ese texto que el británico es teórico.
    Y otra cosa: a quién se le ocurre pensar por dios que La boca del lobo se maneja en las claves del western?

     
  • At 12:31 PM, Anonymous Werner said…

    Ricardo Bedoya señala (no digo, "el señor Bedoya" porque me suena forzado, dado que alguna vez pasé por una clase suya y me parecería impostado guardar esa pretendida distancia, no es una sutil falta de respeto, para nada) que deberían ser los asistentes a los eventos los que deberían determinar qué sucedió en realidad: si sacó o no la lengua, si dijo tal o cual cosa.

    Bueno, diré entonces lo que vi en el citado conversatorio (¿polémica? ¿linchamiento?) en el CCPUCP. Recuerdo que los directores de godard! manifestaron, antes del evento, que se trataba de exponer las posturas editoriales de ambas revistas. Si mal no recuerdo, en ese espíritu, los dos directores se refirieron a su propia publicación para ilustrar esta postura.

    Cuando llegó el turno de Ricardo, sin embargo, el asunto pasó a ser un capítulo más en el largo "caso contra la revista godard!", proceso que ya cuenta con más legajos que el expediente de Fujimori. Bedoya criticó con claridad lo que no le parecía de la revista haciendo alusión a ella, y me parece que no se refirió, al menos no demasiado, a su propia publicación.

    Entiendo que los directores de godard! quedaron un tanto desconcertados por el ghiro que tomaba el asunto, puesto que no se habían preparado ni marcado las ediciones de la otra revista, la "rival", podría decirse.

    Ahora bien, entiendo que estos señalamientos de Ricardo Bedoya podrían haber estimulado una polémica sobre lo que "debería ser" la buena crítica de cine. Me parece que ese no fue el objetivo de este encuentro y efectivamente fue poco lo que se dijo en ese sentido.

    (Continúa)

     
  • At 12:32 PM, Anonymous Werner said…

    (Continuación)

    No obstante, recuerdo claramente que, ante una pregunta de Mario Castro Cobos, Ricardo Bedoya respondió relativizando el canon. Dijo algo así como "¿cuál canon?, ¿según quién?" Esta relativización, válida sin duda, siempre me dejó pensando por qué, si era tan consciente de los determinantes contextuales, sociales, de mercado, etc. no podía ser igualmente consciente del hecho real y conocido de que godard! es una revista que, por ejemplo, tiene el imperativo de venderse para sobrevivir. Por eso (aunque no solo por eso) comenta sobre películas atractivas para el gran público. No estoy plenamente seguro, pero me parece que la publicación en la que Ricardo Bedoya escribe está subvencionada. Lo cual no tiene NADA de malo, pero sí presenta condiciones de partida diferentes que tienen que ver con esta atención al contexto social y económico de ambas revistas. Y eso es pertinente para el debate porque en base a ellos uno podría preguntarse ¿cómo ser riguroso y atender a los paradigmas de la crítica de cine y no morir (comercialmente) en el intento? Solo como ejemplo de la importancia de este pequeño factor a menudo desatendido.

    Lo que puede parecer un tanto pesado no es si tal o cual personaje sacó la lengua o retó a duelo a tal otro (de hecho, esa chismografía es graciosa) sino el hecho de que, por momentos, parece que se pidiera un debate pero exactamente en los términos en los que una parte quiere debatir. No me refiero a fijar reglas, sino a haber definido el campo de la crítica con demasiado celo. Parecen, la más de las veces, imposiciones a debatir en los términos en los que Ricardo Bedoya quiere debatir. El reciente "reto" a Mario para debatir casi "cuando quieras, donde quieras", como la canción, parece desmentir esta afirmación. Sin embargo, queda la sensación de no reconocer los "saberes" que esta (ya no tan joven) generación de críticos tiene.

    Nadie puede negar que Sebastián y Claudio SABEN de cine. Porque han visto muchísimas películas, han procurados darles un sentido y han leído mucho también. Sobre si se interpreta correctamente lo que quiso decir tal teórico del cine, es pues, más menudo y podría parecer mezquino.

    Digo todo esto porque muchas veces parece un linchamiento el que se quiere hacer contra los directores. Ellos son mis amigos y no me queda duda que saben de cine. Y si no han leído a Wood denles un mes y lo harán, así de simple.

    Ojo que no me considero crítico sino mero comentarista. Me parece que no tengo el espesor de conocimientos sobre cine y (esto es esencial) la pretensión de adquirirlos.

    Me encantaría y me parecería muy educativo presenciar un debate sobre lo que es y debería ser la crítica de cine según los directores de godard! Ricardo Bedoya y Chacho, que son quienes más saben. Pero para ser serio, debería ser un foro que no se base en el ataque y defensa que, además, mucho del público a estos eventos está esperando ver. Digamos, para debatir no tendría Ricardo Bedoya que decir que la revista rival-opositora-enemiga de muerte es una porquería parta que los otros se defiendan. Es poco serio, me parece. Lo que ha habido hasta ahora me recuerda un poco al debate presidencial; más puyazos que otra cosa y resultados más bien opacos, provocaciones para forzar lapsus y poco más.

    Saludos.

     
  • At 12:42 PM, Anonymous Anonymous said…

    Una cosa es decir que una película tiene influencias del western y otra es decir que una película pertenece a un género como el policial sólo por el título de ésta. Bedoya no dice que "La boca del lobo" es un western, y Pimentel no dice que "Muerte..." está influenciada por el policial. Otro anónimo afirma que Pimentel no dice que la película es un policial y que Bedoya debería aprender a leer, pero el fragmento del conversatorio lo muestra muy claramente. La discrepancia no implica la falacia.

     
  • At 12:55 PM, Anonymous Anonymous said…

    ..oye esbirro o seudónimo barato de bedoya, pimentel nunca ha dicho que películas con la palabra "muerte" sean policiales, ni que lombardi haga policiales, no seas tan obvio en tu forma de hacer propaganda bedoyista, lee bien lo que dice pimentel y mira bien el video, no manipules burdamente como fujimorista y dile a tu querido bedoya que no sea tan ridículo....

     
  • At 1:04 PM, Anonymous Anonymous said…

    ¿por qué mencionar a wood al lado de metz y de deleuze -cuando se habla de por qué bedoya nunca publicó un libro sobre la crítica o la teoría- significa decir que wood era teórico?

    publicar un libro de análisis sobre la obra de robin wood sería una forma de hacer algo más que un diccionario, sería hacer una metacrítica, reflexionar a un nivel mayor sobre la crítica o los presupuestos de la crítica....

    pero bedoya nunca hizo eso...

    ¿los emisarios de bedoya saben algo de lógica elemental?

    no seas obtuso y tan estrecho de neuronas anónimo bedoyista y chachista

    Alonso Quispe

     
  • At 1:58 PM, Anonymous Anonymous said…

    en casi todas las películas de lombardi hay elementos de intriga criminal o policial, sin que sean todas películas policiales

    ¿eso no lo puede entender o aceptar Bedoya, el crítico defensor de Lombardi?

    pimentel el video dice que el título "muerte al amanecer" alude a la intriga policial, no dice que todos los títulos con la palabra muerte son policiales

    basta bedoya y esbirros, no sean tan pueriles y obtusos, reconozcan que de teoría no saben nada y que lo único que hacen es defender a lombardi y quewrer convertirlo en un gran "autor", no podrán nunca eliminar la cuestión genérica en el cine de lombardi, y sí, un cine que incorpora, a veces más, a veces menos, los mecanismos de intriga criminal o policial, como quieran llamarlo...

    Alonso Quispe

     
  • At 2:16 PM, Anonymous Anonymous said…

    El canon policial de Pimentel:

    Muerte en la tarde del novelista y periodista policíaco Hemingway

    Muerte de un viajante

    Morir en Madrid

    Vida y muerte de Joaquín Murrieta (ese es policial y melodrama)

    Morir de amor

    Moriré en París con aguacero... (Esa es con el inspector Maigret)

    Lo de Pimentel es un chiste del inspector Clouseau

     
  • At 5:51 PM, Anonymous Anonymous said…

    El canon dramático-artístico lombardiano de Bedoya:

    - Muerte de un magnate (no hay intriga criminal)

    - Muerte al amanecer (tampoco hay intriga de ningún tipo)

    - La ciudad y los perros (no matan a nadie y no hay ninguna pesquisa policial)

    - La boca del lobo (no hay intriga criminal tampoco)

    - Bajo la piel (no es un thriller, ni un noir, ni un policial, no hay ningún mecanismo de género policial)

    - Mariposa negra (no hay thriller ni intriga criminal, es como una película de Kieslowsky)

    Bedoya está preparando su segundo libro sobre Lombardi, donde defenderá la tesis de que en el cine de Lombardi no existe ningún elemento de intriga criminal o policial, sus admiradores de la tercera edad lo esperamos con ansias, y será mejor que cualquier cosa que ha escrito Huayhuaca, jajaja... (y ya viene Grandes Ilusiones II, donde "la sangre sigue siendo roja")

     
  • At 6:07 PM, Anonymous Anonymous said…

    Parece que los fans de Bedoya no han visto la película "Muerte al amanecer" (Deadline at Dawn, 1946) de Harold Clurman, con Susan Hayward.

    Ese título es un clásico del noir, por lo que nunca resultó raro que el título de la película de Lombardi tuviera resonancias genéricas (claro, para los conocedores).

    Tranquilos chicos, vean un poco más de cine clásico y préstenle el dvd a sus tíos chacho y ricky que parece que se les pasó esa.

     
  • At 6:08 PM, Anonymous Anonymous said…

    No hay nada mejor que ver como las viudas de Pimentel y Castro llaman esbirros a todos aquellos que no creen que Morir en Madrid es un policial. Uta que rico.

    Castro, atracas el debate o de nuevo te corres de brazo peludo?

     
  • At 6:31 PM, Anonymous Anonymous said…

    Un dato adicional para los cinéfilos:

    Antes de la película de Lombardi ya habían dos precedentes ilustres del título "Muerte al amanecer" como vinculados al género policial o noir.

    Además de la película de la RKO de Harlod Clurman, no hay que olvidar la película del mismo título de José María Forn de 1959, basada en la novela El inocente, pionera del noir en España.

    ...es cierto que la película de Lombardi no es un policial ni un noir (lo que por cierto ha reafirmado Pimentel una y otra vez), pero también es cierto que la película genera toda una intriga en función al fusilamiento del monstruo de Armendáriz. Se las recomiendo, al lado de "Ella" es una masterpiece.

     
  • At 6:08 AM, Anonymous Anonymous said…

    Cuando uno discrepa, inmediatamente se vuelve un "esbirro", un comprado, un "emisario"; siempre se piensa en intereses escondidos, en argucias maquiavélicas, como si la discusión no fuera posible en sí y estuviese alimentada sólo por rencores y envidias. Qué lástima constatar la mala entraña y la "conspiranoia" de algunos comentaristas.

     
  • At 9:59 AM, Anonymous Anonymous said…

    Ah, no, ya lo leí todo: comparar dos películas y sacar, de la forma más brillante posible, que una tiene infuencia de otra...por su título!!!

    Lombardi, le hubieras puesto a tu primera pela "Muerte en el Llauca" y te comparaban con Visconti!

    No, pero aguanta: acaban de redescubrir la historia del cine peruano! No sabía que "Coraje" de Chico Durant estaba inspirada en "Courage", una película de Archie Mayo, de 1930. Y mérito de Durant, porque la película está perdida.

    Sigan aportando, viudas, a la historia del cine peruano. No se preocupen, Bedoya los va a citar en su próximo bodoque.

    Estos ya no son viudas, son PPKausas!

     
  • At 10:12 AM, Anonymous Anonymous said…

    Ay, Bedoya, como la friegas escribiendo de cine peruano. Tú que rajas de Robles por su seriedad, deberías saber que él se inspiró de "Mirage", una película de Edward Dmytryk de 1965, con Gregory Peck para hacer "Espejismo". Si tienen títulos iguales, ahí está la influencia. Mira como los fans de Pimentel te hacen la tarea, descubriendo las verdaderas influencias del cine peruano. Jubílate, tío, en serio.

     
  • At 2:46 PM, Anonymous Anonymous said…

    Todas las películas tituladas "Muerte al amanecer", en la historia del cine, son thrillers o policiales.

    Y la de Lombardi es un pseudo-thriller más.

    Qué patéticos los seudónimos de Bedoya y Chacho queriendo bajarse a pimentel con tonterías.

    Con razón no tienen ni un solo libro leíble.

    ¿Cuándo sacan un próximo diccionario ilustrado del cine peruano?

     
  • At 3:05 PM, Anonymous Anonymous said…

    Todas las películas de la historia del cine con el título "Muerte al amanecer" son thrillers o policiales.

    ¿cómo te quedó el ojo abuela bedoya?

     
  • At 3:16 PM, Anonymous Anonymous said…

    como siempre bedoya desviando la atención con tonteras, y lo más importante: no responde ante la vergonzosa cita donde apaña a Chicho Durant para decir que el problema del director de El Premio es que "no se adaptó a la tecnología", jajajajaja

    bedoya fraude!!!

     
  • At 4:26 PM, Anonymous Anonymous said…

    Bedoya ha posteado sobre la metida de pata de Pimentel. Lo deja cochino como debe ser explicando y con razones. Copio lo que dice y sigo copiando en màs comentarios:


    "Ahora me refiero a otro asunto, también vinculado con el tema de los géneros cinematográficos y que ha suscitado un debate en el que me veo involucrado. Sólo por esa razón es que escribo este post.
    Me refiero a lo que se dice en esta grabación de una mesa redonda sobre el cine peruano que se llevó a cabo en la sala Ventana indiscreta en febrero de 2010:
    http://www.youtube.com/watch?v=Zc17HxTL7-o&feature=related
    Ahí se escucha que “La ciudad y los perros” (ver minuto 2.34) y “Muerte al amanecer” (ver minuto 2.44) tienen “temas” que se refieren a “los mecanismos de la intriga policial”. El ponente, para reafirmar lo dicho sobre “Muerte al amanecer”, abunda en su argumentación : “El mismo título está aludiendo a una intriga policial”, dice.
    Vayamos por partes y con tranquilidad.
    Los franceses suelen hablar de “film criminal” para describir a una suerte de manto genérico, o de metagénero, que agrupa una serie de líneas de desarrollo genérico muy diversas entre sí pero emparentadas por el sustento común de un hecho criminal que se convierte en un foco importante de la trama. Los anglosajones lo llaman “crime fiction”.
    Establecida esta gran categoría, esa columna vertebral, empiezan las distinciones, las diferencias, el señalamiento de especificidades.

     
  • At 4:28 PM, Anonymous Anonymous said…

    Sigue lo del policial:

    Un film de gangsters, por ejemplo, se integra en el tronco amplio del filme criminal, pero no es un filme de “prívate eyes”, o de detectives privados, que también se afilia a la gran vertiente de lo “criminal” pero posee una iconografía, una estructura narrativa así como un diseño de personajes y situaciones que es distinto y particular. El Rico o "pequeño César" de Edward G. Robinson puede ocupar la misma casa grande de lo criminal con Sam Spade, pero no transitan las mismas vías ni emplean los mismos métodos ni se juntan con las mismas personas.
    Un “heist film” es, sin duda, un filme criminal pero no un “policial” –también producto de la estirpe criminal-, porque el “heist film” muestra las acciones desde la perspectiva del grupo de delincuentes que planea y ejecuta un “golpe”, y no desde el punto de vista de los agentes institucionales que buscan desbaratarlo. Ejemplos arquetípicos de “Heist film”: “Casta de malditos” (“The Killing”), o “Perros del depósito”. Versión paródica: “Los desconocidos de siempre”.
    Y así podríamos trazar un verdadero árbol de líneas genéricas que encuentran un punto de confluencia en lo criminal. Por ejemplo, los filmes de espías, o los de secuestros, o los de terroristas desatados, o los de asesinos seriales, entre otros que pueden insertarse como subgéneros de alguna de las ramas secundarias del árbol de lo criminal.
    A lo que podría agregarse la descripción de tratamientos visuales, tendencias estéticas, intensidades narrativas, ciclos genéricos, mixturas, cruces, fusiones: ahí está el film noir, que puede teñir por igual a un filme de detectives privados como a un melodrama con componentes criminales, o el “neo-noir”, o el tecno-thriller, o el thriller a secas, o el “slasher”, o un montón de posibilidades más."

    Por eso, dada esta complejidad, hay que ser muy preciso al tratar de establecer categorías o ubicar una película dentro de una filiación genérica.

     
  • At 4:33 PM, Anonymous Anonymous said…

    Sigue lo del policial:

    Si el ponente hubiera dicho que “Bajo la piel” o “Mariposa negra” tienen componentes criminales, es poco lo que se hubiese podido discutir.
    Pero no dijo eso. Se empecinó en demostrar que esas películas discurren por los “mecanismos de la intriga policial”. Y acentuó el error al incluir en el mismo paquete a “La ciudad y los perros” y a “Muerte al amanecer”, nada menos. Sobre ella, agregó: “El mismo título está aludiendo a una intriga policial”.
    ¿Muerte al amanecer es un policial? ¿Es una película criminal? ¿El crimen es el foco de la historia?
    Como sabemos, esa cinta se presenta como la crónica de la última noche de un condenado a muerte en la Lima de los años 50. Lo vemos, solo, en su celda. En paralelo, los funcionarios que presenciarán la ejecución pasan la noche cenando, celebrando y danzando en la casa del alcaide, indiferentes al drama que viven tanto el condenado como el oficial que debe comandar la ejecución y disparar el tiro de gracia.
    Si fuere necesario clasificarla, “Muerte al amanecer” podría ser vista como retrato social de época, como filme social, como alegato contra la pena de muerte, como crónica de modos y costumbres, o como la alegoría acerca de un país en el que los militares, pocos años antes, habían mostrado una inesperada y progresista sensibilidad social. Sensibilidad expresada en el personaje de un oficial que tiembla ante la idea de dispararle a un hombre inerme. La película podría ser vista de muchas maneras, pero no hay forma de ubicarla dentro de los mecanismos formalizados de un género como el policial.
    La cinta no focaliza su acción en la actividad de un policía, ni de un detective, ni de un agente investigador, ni siquiera de un funcionario de seguros o de un fiscal. Mezclo aquí tipos de funciones diversas que generan formas de relatos diferentes (no dan lo mismo los policías de “Pecados capitales” que el agente de seguros de “Pacto de sangre”, o el detective privado Philip Marlowe en cualquiera de sus encarnaciones), pero lo hago para dar mayor diversidad a la argumentación y abrir posibilidades de hallar alguna razón a la afirmación de que esa película es un policial.
    Lo que vemos aquí es a un reo y a un oficial, ambos aterrados. El crimen cometido por el hombre no es motivo de la acción. Mucho menos su esclarecimiento. Se habla de ello como asunto pasado.
    Es decir, el crimen no es catalizador de la trama, ni motor de la historia, ni asunto de interés vigente en el desarrollo de las acciones.
    En medio de ellos, hay un grupo de frívolos funcionarios. Todos están confinados en sus respectivos espacios estancos. No pueden moverse, no pueden avanzar, no pueden investigar, no pueden resolver nada.
    Si el policial es búsqueda, avance, tientos, pesquisa, necesidad de esclarecimiento y despeje de enigmas, aquí sólo vemos inamovilidad y espera de lo inevitable. Si el policial es dinámico, esta película es estática.
    Pero lo que resulta ya inexplicable – y, en verdad, muy gracioso- es la afirmación de que “el mismo título está aludiendo a una intriga policial” (cita literal)
    ¿En qué forma lo alude?
    Si es por el uso del término “amanecer”, entonces la obra maestra de Murnau es un policial también.
    Si es por la presencia del término “muerte”, entonces varios centenares de películas se afilian inmediatamente al género.
    Si es por la conexión de los dos términos, entonces los poetas románticos y los amantes melancólicos que esperaron a que llegue el alba para suicidarse exigirán que sus “biopics” se hagan en clave de policial.
    Ricardo Bedoya

     
  • At 10:22 AM, Anonymous Anonymous said…

    Eso pasa siempre: Pimentel y Cordero meten la pata, dicen cosas que no son exactas y luego se dan por ofendidos cuando se les hace notar el error o quieren dar explicaciones que los dejan peor. Pero no aprenden y siguen diciendo confusiones.

     
  • At 11:10 AM, Anonymous Anonymous said…

    En esta página web se está descubriendo una nueva forma de comparar películas: a partir de sus títulos. Claro, seguro tiene que ver con que Pimentel dice que Bedoya y León están "obsesionado por el análisis de las formas" y busca demostrar que un análisis de títulos es igual de válido. Brillante.

    ¿Cuando el título se cambia al español, me quedo con el original o con el doblado para saber a que género pertenece? Porfa, Pimentel, ayúdame a entender!

     
  • At 2:06 PM, Anonymous Anonymous said…

    No puede decir nada, Pimentel. Es verdad lo de la ignorancia oceánica que mencionaba Bedoya. Así qué confiable puede ser lo que escribe un crítico!!!

     
  • At 3:28 PM, Anonymous Anonymous said…

    Como de costumbre, Pimentel nos hace partícipes de uno de sus grotescos espectáculos; siempre queriendo erigirse en máximo "descubridor" y "sumo pontífice" que nos ha abierto los ojos sobre las bondades del cine peruano y mundial. Y para colmo su "respuesta" es un cúmulo de ataques y descalificaciones que no se acercan ni por asomo al meollo del asunto. Triste y patético ¿crítico?.

     
  • At 11:18 AM, Anonymous Anonymous said…

    Es que Pimentel no acierta ni una
    y todo el tiempo está diciendo cosas que no demuestra. Lo del policial en las películas de Lombardi lo viene diciendo hace tiempo.

     
  • At 2:04 PM, Anonymous Anonymous said…

    Pimentel está tan descalificadso para la crítica como su compadre Cordero, aunque se crea el intelectual de la pareja.

     

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