LA CINEFILIA NO ES PATRIOTA

DEDICADO AL CINE PERUANO QUE AÚN NO EXISTE

Wednesday, July 22, 2009

LA TETA ASUSTADA. QUINTO TEXTO.




Las imágenes de Claudia
La corta carrera de Claudia Llosa es paradójica. Pese a ser -con tan solo 32 años y luego de que se le otorgase el Oso de Oro y el Premio de la Crítica Internacional en el Festival de Berlín a su segunda película- la cineasta peruana más exitosa de nuestra historia, su obra ha sido, si tomamos en cuenta la cantidad de información que producimos en la actualidad y la capacidad que tenemos de masificarla, la más polémica.
Pero el problema no está en la controversia en sí, sino en que esas discrepancias, así como las inesperadas respuestas que tanto Madeinusa como La Teta Asustada generaron en el público en las salas de cine (risas en pasajes cargados de tensión y drama, comentarios discriminatorios dichos en voz alta), han puesto en evidencia la alarmante incapacidad de diálogo que existe entre ciertos sectores de nuestra sociedad. Nuevamente, miembros de la intelectualidad local, y también uno que otro advenedizo, reclaman una visión idílica, carente de grises y por tanto deshumanizada de la población andina del Perú, e injurian a una artista de procedencia “occidental” por atreverse a hacer una fábula sobre ese mundo que no le pertenece -o que por lo menos pareciera desconocer.
Sin embargo, si en algo coinciden tanto los admiradores como los detractores de Llosa es en encontrar en sus películas una gran cantidad de símbolos. Es justamente a partir de ese simbolismo que podemos empezar a descifrar su arte.
Y es que los símbolos le sirven para resaltar la dialéctica que pone en escena, dialéctica que se evidencia en los colores y las texturas que representan a cada una de las partes “enfrentadas” en el relato, en la iluminación de los espacios por donde los personajes circulan, en el enfoque y el seguimiento que a estos se les hace.
Las alegorías están ahí para resaltar las diferencias, dicotomías y contrastes (una virgen profana, parricida y aparentemente timadora, una muñeca que termina por enterrar las ilusiones de su dueña y una papa que germina la esperanza de quien se la entierra, un vestido de novia que se empata con un cadáver, etc.), pero también para otorgarle un sentido menos evidente a la historia.
Es justamente debido a esa alternativa sugerente, tangencial, abierta, subjetiva, que se pueden malinterpretar sus historias. Esto lo gráfica bien la familia de Fausta, la cual es vista por algunos como una colectividad denigrada por el hecho de ser mostrada de manera folclórica y chabacana (aunque hay que decir que lo del piropo menstrual fue un verdadero exceso), cuando en realidad lo que se quería enfatizar con esa hipérbole era el carácter alegre, jovial, emprendedor y exitoso del grupo -como bien lo demuestran la gran demanda que tiene la pequeña empresa familiar y el masivo matrimonio de Máxima- a contraparte de la lúgubre, oscura y decadente caracterización de los representantes del “sector dominante”. Es esa determinación, ese riesgo, el que condiciona el sentir de los críticos hacia la obra de Llosa.
Para ellos, el microcosmos que esta presenta carece de “verdad”, es poco representativo y nada comprometido con la realidad de nuestro país, como si un relato fílmico no estuviese “clausurado” -puesto que tiene un principio, una mitad y un final-, como si este tuviera la facultad del aquí y ahora que le es inherente a “la realidad” (1).
Lo paradójico del caso es que por fin tenemos entre nosotros a una realizadora dispuesta a proponer una mirada singular de forma novedosa (que algunos han venido a llamar como “europea”, por su ritmo sosegado y su vocación ‘silenciosa’, y otros como “latinoamericana” o tercermundista, por su ánimo supuestamente exótico y mercenario a lo Meirelles) y que se le descalifique por tal motivo.
Creo en cambio que el único compromiso de Llosa es con sus instintos, con su intuición (femenina), pero sobre todo con su pasado. Recordemos que ella creció en un ambiente artístico (es hija de la artista plástica Patricia Bueno y sobrina del escritor Mario Vargas Llosa) y que de pequeña padeció una dislexia (trastorno del lenguaje que comporta dificultades en el aprendizaje de la lectura sin que existan deficiencias intelectuales ni sensoriales o neurológicas que lo justifiquen) muy fuerte que de alguna manera la abstrajo del mundo. Probablemente esos dos eventos tengan mucho que ver con la profesión que eligió y con la manera que tiene de abordarla: sus alegorías, metáforas, íconos y símbolos pueden ser interpretados como una forma de hacer catarsis con una etapa personal signada por la incertidumbre y la falta de comunicación, como una manera inconsciente de reivindicar su infancia.
Sin embargo, el mundo “personal” de esta directora tiene también una cualidad reveladora. Sus imágenes re-crean la cultura peruana más allá del estereotipo, proponiendo un nuevo sentido de identidad nacional; uno en el que de una vez por todas empecemos a reconocernos como comunidad desde las diferencias y dejemos de reprimirnos los unos a los otros. Tal como Madeinusa y Fausta, personajes lastrados por la indiferencia social, Claudia Llosa persigue, por diversos motivos y de varias maneras, la libertad, pero ella lo hace desde la posición del demiurgo.
(1) Cfr. A. Gaudreault/F. Jost, El relato cinematográfico. Barcelona: Ed. Paidós, p. 26-29.
Diego Cabrera
Los otros cuatro:
La Cinefilia no es patriota

7 Comments:

  • At 3:32 PM, Anonymous Anonymous said…

    Yo pienso que uno de los detractores de las peliculas de claudia llosa es Mario Castro Cobos. No se, pero su actitud me recuerda un poco a Beto Ortiz , el periodista se cuelga de las faldas de Magaly Medina cada vez que se desespera y busca que màs gente lo vea. Igual hace Mario Castro : Cada vez que quiere provocar escàndalo y llamar la atenciòn sobre su blog se cuelga de las faldas de la Llosa y denigra sus pelicùlas. El es el Beto Ortiz de los blogs de cine . No te molestes Mario , pero yo siempre te leo y ya vas 03 años seguidos (desde el 2006) tratando de demostrar al Perù y al Mundo que la Llosa y sus pelas son racistas. !Ya sueltala hombre! . Creo que necesitas con urgencia un Psiquiatra . Tu te has obsesionado con la chica !Ya sueltala!. Has cosas màs provechosas como trabajar, no se, consigue auspicios pa tu blog, has algo productivo, bueno cuidate y chao.

     
  • At 12:27 AM, Blogger La cinefilia no es patriota said…

    Nada que contestarte, pues no veo ningún argumento.

     
  • At 8:53 AM, Anonymous Anonymous said…

    jaja, yo tampoco veo mayores argumentos en tus posteos, parece que están a mano.

     
  • At 9:40 AM, Anonymous Anonymous said…

    El primer anónimo nos recuerda más bien a las idioteces de Magaly Medina. Osea que lo que hace la Llosa es intocable, como se suele hacer con su lindo tío? Nadie puede cuestionar algunos aspectos de su película? Para eso se debate, pero esta palabra es muy adelantada para sociedades tan sub como la limeñita.
    Acaso ese comentarista no ha leído comentarios que cuestionan los filmes de Reygadas -ganador de la Palma de Oro de Cannes-, tampoco se ha enterado de las duras críticas que se le lanzan a Michael Haneke. Y no se puede hacerle objeciones a La teta o Madeinusa? Ya pues patrioteros...

     
  • At 11:13 AM, Anonymous Anonymous said…

    mario, me guardas una foto tuya con isabelle huppert.

    chapes,

    ml

     
  • At 11:34 AM, Anonymous Anonymous said…

    Castro vive obsesionado... ¿Acaso es un delito?... No lo creo. Quien sí está enmierdado de odio y envidia, encubiertas, es el anónimo tercero, versículo cuarto.

     
  • At 2:30 PM, Anonymous Ángel said…

    Hola, soy europeo, español, ultraperiférico de la región canaria. No puedo entender debidamente vuestra discusión en torno a Claudia Llosa y sus dos películas, pero sí que me sorprende el enorme abismo que vislumbro entre amantes y detractores. Personalmente no me parece que "La teta asustada" tenga mirada europea, tampoco me parece que la tenga latinoamericana o tercermundista, aprovechando las palabras del autor del post, y tampoco al estilo efectista de Meirelles, al que creo supera en humanidad, personalidad y rigor.
    He manifestado en diferentes artículos-blogs mi incondicional acercamiento a "La teta asustada", en la que veo un film inteligente, humano, hermoso, y hasta arriesgado para lo que estamos acostumbrados a ver, sean producciones usa, latinoamericanas, europeas o asiáticas. Claudia Llosa no se sitúa en el mundo emponzoñado y doloroso de Lucrecia Martel, o el críptico-espiritual de Reygadas, ni en el de la narrativa zigzageante de Iñárritu, ni en la desnudez formal-narrativa de Lisandro Alonso, ni la informe mezcla internacionalizada de Del Toro o Cuarón,, o la postal costumbrista de algunos directores brasileños actuales, ni tampoco en el rigor comercial y engañón del cine argentino circunscrito a Buenos Aires bajo aires existencialistas. Igual aún es pronto para colocar a Claudia Llosa en alguna o en otras categorías, si es que procede, pero "La teta asustada" apunta a un mundo particular desde el que articular un mundo, un concepto del ser humano con todas sus patologías y esperanzas. Me gustaría conocer esa realidad peruana de la que ustedes hablan, esas dos Perú, pero por ahora me tengo que limitar a que me guíen en ese aspecto.

     

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